“Los encuestadores somos 20 aproximadamente, tenemos que hacer el estudio social de los habitantes de las comunidades que sacaron el carnet de la patria. A mí me tocó uno de los barrios de Marhuanta”, la jovencita relata lo que le parece sorprendente de la tarea en la parroquia del municipio Heres del estado Bolívar.
Los ranchos a orillas de la laguna, espacios hechos de cualquier modo - describe- con número increíble de personas que habitan esas casas “hasta tres familias en una, me topé”. Es evidente la desesperación por hacer del conocimiento del ente responsable de la visita, las penurias que los atosigan, los requerimientos para niños que duermen en los pisos de tierra.
“Nos piden que les den la caja de comida que no llega”. En este caso es el aporte que el gobierno se ha comprometido con quienes no tienen trabajo.
“Pero la responsable del consejo comunal, que lidera las entrevistas, pide que no nos dejemos engañar por esa gente: Cada vez que se les lleva una planilla, quieren pedir de todo”, dice Yelitza sobre lo que expresa la jefa de la actividad.
“¿Qué clase de socialistas son esos que no les duele la gente? Solo hay que ver los ranchos con personas con paludismo, con aguas negras apenas salir de los planchones que sirven de paredes, de recipientes con agua estancada, para saber que ninguno de esos seres está pidiendo algo para satisfacer la gula o la vanidad”, recrimina Yelitza.
Gobierno inepto que se acompaña de la justicia cómplice, hacia constituyente de la mentira
El gobernador de Bolívar se ufana de trasmitir su programa, al igual que el alcalde de Heres en por lo menos 60 emisoras. En ninguno de esos espacios, dedicados a hablar de las bondades de la constituyente del presidente Maduro, ha aparecido el punto de la pobreza o de las penurias que afectan a las comunidades del estado Bolívar.
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El tema obsesivo y machacón es la constituyente de la paz, mecanismo establecido en la Constitución Bolivariana de la República de Venezuela, que aun cumpliendo todos los requisitos de la norma, que no es el caso, es hartamente discutible la pertinencia de su convocatoria para una población amenazada por la hambruna y en peligro de ser diezmada por enfermedades y por la falta de medicinas.
De allí se explica por qué la funcionaria coordinadora de seguimiento comunal del carnet de la patria es incapaz de ver la pobreza extrema de quienes son sus vecinos (como en la Cuba fidelista no la ven los integrantes de los comités de defensa de la revolución). La razón principal es que se han convertido en espejos reflectores del pensamiento de unos gobernantes que residen en planos diferentes en comparación a los vecinos comunes. Por ejemplo, para el gobernador de Bolívar no existen calles de tierras o barriadas cubiertas de inmundicias, malezas o a las que nunca les llega el agua por tuberías.
Por eso es que la jefa del consejo comunal cuya motivación es alentar “sin entrar en detalles menores” el voto por su constituyente, cumpliendo con el mandatario regional, con el presidente Maduro: “Que lo ha hecho bien, a pesar del oposicionismo de la ultraderecha”, encuentra de máxima ejemplaridad las torcidas interpretaciones efectuadas por el Poder Judicial.
Anulación de leyes, eliminación de competencias, designación de quien considere de su interés, decretos de inhabilitaciones, sentencias sin fundamentos entre gallos y medianoche. Siempre acompañando la realidad concebida por la revolución. Los débiles jurídicos o sociales, por lo tanto, no cuentan.
Para el socialismo del PSUV, de tanto negarlo en el discurso y en la propaganda, la pobreza extrema no existe. Mientras el hambre, las necesidades multiplicadas, la desaparición de autoridad, leyes e instituciones que apunten a la justicia, vienen asomando el vacío desde las laderas y los suburbios. Muestran el rostro de un abismo incalculable en calles y urbanizaciones céntricas. Es el eje del país: la pobreza sin contemplaciones, que mueve la protesta, todavía con cause, todavía con control. Ningún ciudadano venezolano puede esperar más. No podemos acostumbrarnos al desastre; sobre todo sabiendo que los falsos, corrompidos e ineptos revolucionarios del siglo XXI, están descalificados para el futuro.
Trocitos... Con alguna desinformación en varios de los municipios de Bolívar en cuanto a la ubicación de los puntos soberanos. Con los acostumbrados intríngulis y repartos de los partidos políticos y una MUD, aquí en Bolívar, que intenta regresar al pasado, fortificando fantasmas y personajillos detestados. Aun así, marcha con viento a favor la consulta nacional del próximo domingo, 16 de julio. ¡Ahí nos vemos!